martes, 31 de enero de 2012

Dulce y triste vida.

De pequeña era todo mejor, más bonito, como quien dice la vida de color de rosa. Eras la pequeña de mamá y papá entonces todos los caprichos para ti, todos los mismos del universo iban hacia ti. Tenias miedo te metías debajo de la sábana y era como una armadura a prueba de balas. 
Pero sí, creces y vas perdiendo todo, ese color rosa se va oscureciendo, se va volviendo grisáceo, negro. Para algunos será más claro, para otros más oscuro, pero el rosa se va. Los caprichos, los mimos ¿dónde están? se fueron cuando empezaste quinto de primaria. Inocencia poca cuando vas al instituto, tus parientes empiezan a sospechar que si fumas tabaco, porros y demás sustancias. Si no lo haces varias personas de tu entorno te humillan, pero si lo haces escondes algo 'malo' a tu familia. 

La verdad, echo de menos los mimos que me daba mi madre con siete años, echo de menos la sábana que me libraba de todo mal, añoro que todo vaya bien a mi al rededor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario